El gobierno chavista está experimentando fallos estructurales que comienzan a debilitarlo. No obstante todavía tiene una posición fuerte. La estabilidad del gobierno depende directamente de la salud de Chávez, su liderazgo personal y su política de subsidios ligada el precio del petróleo. El Régimen tiene capacidad para ganar las elecciones de octubre aún con un Chávez convaleciente. En el caso de perderlas, es altamente probable un período de inestabilidad con posibles altercados violentos.