La guerra civil en Siria amenaza con desencadenar el mayor conflicto regional en Oriente Próximo desde las guerras árabe-israelíes. Acabe como acabe, acarreará conscuencias para Líbano, Israel, Jordania, Turquía, Irán, los países del golfo Pérsico y las potencias como EEUU y Rusia. Tras dos años de conflicto y miles de pronósticos incumplidos por el camino, las cuestiones que están en juego son muchas: el enfrentamiento entre chiíes y suníes sirios y libaneses; el aislamiento total de Irán en la región; la emergencia de los países del golfo Pérsico, encabezados por Arabia Saudí, como potencias regionales; la estabilidad y hasta la supervivencia de Israel; el nacimiento de un nuevo territorio autónomo kurdo-sirio que amenace a Turquía; el prestigio internacional de Rusia y el peso específico de los estadounidenses en la región.